dimecres, 7 de març del 2012

La muerte del periodismo

Hace semanas que me ronda por la cabeza hablar de periodismo. De las esencias del mismo y de la deriva que lleva tomando en los últimos años. Su pérdida del prestigio, su falta de adaptación a los nuevos tiempos, su crisis económica, son temas sobre los que llevo reflexionando un tiempo. En realidad, desde que leí la despedida de Mercedes Pérez Oliva como Defensora del Lector del diario El País, me quedó claro que el periodismo se ha convertido en una balanza de versiones sobre los hechos. Es decir, lo que ocurre (pongamos un ejemplo: las manifestaciones contra la reforma laboral en Barcelona) es analizado por los medios de comunicación con distintas interpretaciones, a menudo opuestas. Pero como dice Pérez Oliva, esta media ponderada de "verdades" o puntos de vista opuestos no suman LA VERDAD con mayúsculas. Es más, el ruido intenta apagar la importancia de los hechos ocurridos. O dicho de otra forma, una cosa son los hechos y otra, la interpretación periodística que de ellos se hace. En los últimos años, se ha vapuleado y maltratado el concepto de verdad, intentando hacer creer que una suma de hechos reales y falsedades, opiniones neutrales e interesadas e incluso, fotos netas y fotos manipuladas, suman para convertirse en La Verdad con mayúsculas, cuando lo único que hacen es alejarla de la neutralidad. 

La supuesta objetividad a la que debe tender el periodismo ha desaparecido hace décadas de la mente de los propietarios y directores de periódicos. Podéis culpar a una estrategia de mercado, a un clientelismo con un partido político, a unos favores debidos para con estos... Razones las hay a patadas y ciertas la mayoría de ellas. Por otro lado, los lectores (es decir, los compradores, los clientes) no buscan objetividad periodística (quimera gremial que no suele importar demasiado a un comprador de periódicos) sino que buscan que les digan lo que quieren oír. Si un oyente escucha la SER, Onda Cero o la Cope, no lo hace porque crea que es la radio más objetiva (aunque este crea que es así), sino porque es la radio que se acerca más a su espectro sociopolítico. Porque cree que lo que él piensa es lo más cercano a la objetividad. En resumen, porque le cuentan lo que quiere escuchar. Lee ABC, La Razón, El Mundo, El País o el ya desaparecido Público (incluso La Gaceta, si le apasiona la Ciencia Ficción) porque quiere leer lo que piensa, no lo que se acerca más a LA VERDAD, si no a SU verdad.

Una de las muchas polémicas portada de ABC.
Otro gran defecto del periodismo español es la continua pelea bipartidista PP - PSOE, que podía tener un sentido hace unos años. Ahora, en cambio, en una sociedad en los conceptos ideológicos del 15M se han infiltrado en la mente de muchos, y con una sociedad harta de la bipolarización de España, suenan no sólo vomitivas y manipuladoras, sino también desfasadas y absurdas las portadas de ABC o La Razón sobre la manifestación de Barcelona. Iñaki Gabilondo opinaba en su videoblog sobre ello afirmando que esta eterna lucha bipartidista era "un tostón insoportable" y, ciertamente, no puedo estar más de acuerdo. Una cosa es la confrontación política y otra el maniqueísmo desproporcionado de algunos medios de comunicación. Sobretodo porque afirmar que el PSOE es culpable de que se hayan quemado unos contenedores es falsear la verdad, pero lo más grave no es eso, sino que la intención real es intentar apagar el efecto de miles de personas en la calle protestando por sus derechos. Por otra parte, ya le gustaría al PSOE en estos momentos tener este poder de convocatoria.

Otro caso de periodismo a estudiar en las facultades (por despreciable), es el de la sección de Madrid de El Mundo, en el que se afirmaba que un convocante del referéndum contra la privatización del Canal de Isabel II (la empresa pública del agua madrileña) era un "terrateniente". La cantidad de falsedades por palabra escrita era tal que el propio Pedro J Ramírez se vió obligado a decir en Twitter que investigaría el tema (¡¡cómo sxzi no supiera nada del tema!! Desorinante...). Ignacio Escolar (personaje que no es muy de mi agrado, pero que en ocasiones realiza grandes artículos) desenmascaró las mentiras vertidas por la sección local madrileña de El Mundo, en su blog personal. Sin querer entrar en el tema del futuro de los periódicos de papel, que daría para mucho, creo que el periodismo necesita despertar. El modelo actual es una vergüenza y avergüenza a muchos de los que lo ejercemos. Si consideramos que el desprestigio de la clase política está bien merecido, el del periodismo no es menor, ni menos merecido. Se llevan haciendo mal las cosas mucho tiempo y la dirección de los medios de comunicación (la forma de dirigirlos, de apostar por una determinada forma de trabajar) debe cambiar si no quiere acabar desapareciendo. Y una sociedad sin periodismo de calidad no es una democracia, es una dictadura encubierta.

La entrevista de Jordi Évole a Jaume Matas. 

En este país, uno de los tipos con más prestigio periodístico es Jordi Évole. Hace relativamente poco le han otorgado el premio Blanquerna de la facultad de periodismo de la Universidad Ramón Llull (donde yo estudié), premio que es votado por todos los estudiantes. En mi opinión se lo merece, igual que todo el resto de premios que se ha llevado por hacer uno de los mejores programas periodísticos de la televisión actual, pero lo que me parece sintomático es que Jordi Évole es un tipo que simplemente se dedica a hacer buen periodismo. Ni más ni menos. Es el único secreto de su programa. Y que destaque tanto en televisión dice mucho de lo poco que destacan el resto de canales de televisión y muchos otros medios tradicionales. Y que tenga tanto éxito el llamado "periodismo ciudadano" (tan necesario en estos días, y benditos seamos todos por tenerlo") también dice mucho del mal estado en el que se encuentra la forma de informar en nuestro país y las plataformas tradicionales de información. 

2 comentaris:

  1. Totalmente de acuerdo.
    El periodismo dejó de ser periodismo desde que se convirtió en un negocio donde lo único que se busca es "lo que el público quiere..." o "titulares que vendan".
    Así, si ahora viniera nuestra mentora Angela Merkel a dar una rueda de prensa, nos encontraríamos con periodistas planteando preguntas del tipo: "Sra. Merkel, ¿le interesaría aprender sevillanas?" Por que eso sería un titular que vende.

    Verdades a medias o verdades basura, que no sé que es peor.

    Besos,

    Laura

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  2. También estoy totalmente de acuerdo con tu post. El periodismo está viviendo una crisis desde ya hace tiempo. Pero creo que hay un error en cómo la gente entiende que se debe hacer el periodismo. Creo que el periodista es un buscador de por qués: y quizás esta es la mágia de Jordi Évole, él simplemente pregunta sin tapujos, sin pensar si la otra persona le va a molestar la pregunta, y obviamente, si le molesta es porque algo tendrá que ocultar. Y no hace que el peso de sus reportajes recaiga en él, el se muestra, a veces, como un ignorante en los temas (informandose previamente), valorando la información que le aporta la gente.

    También creo, y es una opinión totalmente personal, que no existe un periodismo objetivo. La realidad se cuenta a partir de como se interpreta y los que nos hemos licenciado en periodismo somos personas que pensamos y analizamos la realidad (al menos algunos de nosotros). Contar lo que pasa de forma objetiva se puede hacer, está claro, pero tal y como sucediía en las crónicas de guerra de, por ejemplo la guerra civil con heminway o orwell, la realidad se debe interpretar, sin caer en las manipulaciones, ni necesidades de las grandes corporaciones mediaticas y políticas.

    Montse

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