dilluns, 9 d’octubre del 2017

Copiar el discurso

Últimamente leo a muchas mentes preclaras de la izquierda afirmar que el movimiento independentista y sus líderes son fascistas o golpistas. ¿Sabéis qué hace el fascismo? Equiparar a quienes sufrieron la represión franquista con los hijos y nietos de los represores. Una cosa es que no os guste que buena parte de los catalanes nos queramos ir y otra que se nos compare con quién reprimió España durante 40 años. Y 40 más, veladamente.
A quienes creáis eso no voy a pediros rigor, sé que no lo tenéis, pero por lo menos sí un poco de respeto a la Historia.

divendres, 6 d’octubre del 2017

"Se va a quedar un país..."

Hablando con un amigo indepe de izquierdas me comenta "nos vayamos o no, a los españoles les quedará un país guapo guapo". Me decía @ragabcn: "A nivel político, a nivel informativo, a nivel judicial... pq todo esto no va a dar macha atrás. Todo lo que està retrocediendo el país (a nivel de derechos, por o contra Catalunya) ha llegado para quedarse. Y me parece alucinante que no sean conscientes de ello, porque hoy es el "ordago secesionista" pero mañana será cualquier otra cosa".
Lo cierto, añado, es que cuando escuchas el "Espero que no se vayan para que no nos dejen solos con estos" igual debería ser otra cosa. Igual debería ser, unámonos a ellos para luchar contra estos, pq estos NO SE VAN A IR NUNCA. Pero en lugar de eso, silencio y miedo. Reflexión para la izquierda (rancia o no) ¿No sería mejor NO APOYAR al PP cuando reprime a una parte del territorio (sea el que sea)? ¿No sería mejor dejar el miedo a ser tildados de antipatriotas? Total ¿no os importan las banderas, verdad? ¿A qué viene ése miedo?
En lugar de dar carta blanca al partido salido del Franquismo, quizá, como izquierda, nuestra misión debiera de ser echarles de poder. En definitiva, debería a la izquierda dejar de darle miedo apoyar a Cataluña. Básicamente porque, imitando al PP, le ha ido siempre de puta pena.

dimecres, 4 d’octubre del 2017

Conceptos: Amor y jaulas

Expreso mi amor más allá de los límites pero me exigen que me quede en la jaula. Yo quiero volar y ni quien me quiera me parará.

dimarts, 3 d’octubre del 2017

Amistades

Tengo muchos amigos en España. En Madrid, en Aragón, en Valencia, en Baleares, en P. Vasco, en Andalucía. Decía el otro día en Twitter que "ninguna frontera me separará de ellos", pq yo quiero la independencia y le pese a quien le pese eso no impedirá que sigan siendo mis amigos. Quien crea que una frontera puede separar una amistad es que no tiene amigos de verdad. La solidaridad con Catalunya ha costado 800 heridos y varias decenas de urnas robadas por el Estado, pero es siempre bienvenida. A vosotros, mis amigos de España, os quiero. A mis amigos madrileños, quienes me han recibido y acogido durante 10 años con los brazos abiertos, os llevaré siempre en el corazón.
Porque repito, ninguna frontera me separará de vuestra amistad, aunque desee esa frontera con toda mi alma.

dissabte, 3 de juny del 2017

La herramienta del referéndum

Últimamente se habla mucho del referéndum sobre la independencia de Cataluña, cuyo debate, por cierto, es un tanto absurdo por varias razones. 

En primer lugar, y lo más importante, los referéndums en España son consultivos. Es decir, no vinculantes. Ante tal perspectiva no entiendo sinceramente por qué Rajoy y el Gobierno están tan a la defensiva porque, aunque se debata algo que desde luego no gusta en muchas partes del país, en primer lugar el referéndum se debería ganar. En segundo lugar, si ese referéndum se ganase por parte de los independentistas, no tendría ningún tipo de trascendencia legal, ya que como hemos dicho, es consultivo, es decir, no vinculante. El Gobierno no tiene ninguna obligación en ejecutar lo que la población catalana elija en esa referéndum. Y conociendo a Rajoy, aunque tuviera la obligación tampoco lo haría. Políticamente, en términos legislativos, es un acto estéril. Demostrativo de lo que quiere la sociedad catalana, desde luego, pero en términos de obligatoriedad para el Gobierno, nulo completamente. La postura del Gobierno es, en todo caso, cobarde por no permitir expresarse a una parte del país. Una vez más, las convicciones democráticas de este Ejecutivo quedan en duda, como poco.


Por el lado independentista, en el que me encuentro personalmente, tampoco veo razón alguna por vender tanto la moto con el asunto. Ya me chirrió el 9-N (que sirvió a Convergència para coger fuerza y al PP para iniciar un camino de persecución legal que jamás debió tomar), y me ha chirriado también este referéndum. No porque no lo vea necesario para el camino a la independencia, sino porque tras el 9-N, la voluntad de la gente en Cataluña ya quedó clara. Una repetición, un nuevo retraso, un nuevo "fer bollir l'olla", en clave más partidista que de intención real de conseguir la tan ansiada independencia. 

Aún así, el Gobierno de España ha tomado un giro tristemente esperado, la persecución judicial de todo aquel que intervenga en la realización del referéndum. Hasta el punto de amenazar veladamente a los fabricantes de urnas, que simplemente quieren ganar dinero haciendo su trabajo. Desde luego, no es la reacción de un Gobierno democrático, sino el de un Estado policial y represor que ilegaliza todo aquello que no le gusta. Sean independentistas, manifestantes pacíficos o movimientos de izquierdas. 

España está en su peor estadio, el de una máscara rota que muchos se pusieron y asimilaron en el 78, por razones distintas. Esa ruptura de la máscara está mostrando lo que muchos no quisieron ver durante los últimos 40 años: La prácticamente nula separación de poderes del Estado, la inefectividad y la absoluta falta de recursos de la Justicia o la esterilidad ideológica y la subyugación al sistema del PSOE. Eso, sumado a un Partido Popular infestado con 800 imputados por corrupción y una absoluta falta de cultura democrática por parte de la clase política (y por añadidura, también de la sociedad que les apoya), nos deja un país podrido del que muchos, sean o no catalanes, se quieren marchar por pena, asco, rabia o desprecio. 

En el 78 se creó un país, no para ser realmente democrático, inclusivo y plural, sino para ser la continuación de un régimen totalitario y corrupto, en el que la mayoría absoluta significa la subyugación de la oposición y carta blanca durante 4 años. Una dictadura cuatrienal en el que sólo dos partidos tendrían opciones reales de gobernar. En definitiva, una dictadura encubierta con medios de comunicación privados semicontrolados y colaboracionistas. 

En definitiva, y volviendo al referéndum, estamos ante un juego de estrategias para justificar unas posturas u otras, para demostrar a Europa las intenciones políticas de un lado y del otro, pero no para conocer realmente lo que desea la población catalana. El referéndum es una herramienta política para lograr un objetivo, cuyo resultado es lo de menos. 

dilluns, 9 de gener del 2017

Series políticas en España

Acabando de ver un capítulo de la serie danesa "Borgen", llegué a una triste conclusión. En España es absolutamente imposible hacer una serie como #Borgen o #TheWestWing. Casi incluso, ni como otras menos densas y menos comprometidas "Madam Secretary" o "Veep". Lo harían imposible los partidos políticos y sus #MeDrones (término referente a aquellos trolls miembros de mismos cuyo único fin en la vida es sacar los ojos a quienes insinúen algo malo de su organización).

Los partidos son tan poco dados a aceptar la mínima crítica interna que la externa les parece por definición un ataque sin piedad, por mucho que haya algo de cierto en la crítica. Si hablamos de la escasa autocrítica que la mayoría de estas organizaciones suelen ejercer, nos encontramos con un panorama en el que actúan sin ningún tipo de permisividad con su imagen. Creo que una serie sería un reto demasiado grande para un responsable de comunicación del PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos o cualquier otro.

Por eso las series políticas que hemos visto son, como pronto, de la transición y siempre con un filtro embellecedor más que vergonzante a nivel de rigor periodístico. Y es una pena, pq en España hay excelentes directores y actores que podrían hacer una fantástica serie de ficción sobre política. Pero no va a pasar. El patio está demasiado bien controlado por los tres grandes grupos mediáticos como para arriesgarse a enfadar a la clase política con una serie realmente crítica con los dos primeros poderes del Estado. Si mañana por la mañana anunciasen una serie política sería el primero en verla y en envainarmela por ser un pésimo pitoniso (hecho que ya he demostrado en pasadas ocasiones con mis predicciones), pero no estudié periodismo para predecir el futuro, sino para analizar la actualidad y mostrarla como creo que esta es.

Dicho lo cual: Atresmedia Comunicación Mediaset España RTVE ¿Para cuando una serie de Tv sobre política española en condiciones y en prime time? #RetoLanzado

Los actores de "The West Wing".